martes, 5 de abril de 2011

CAPITALISMO NARCOTRAFICANTE

 

La CIA y la cocaína: Verdades y desinformación,¿Quiénes sabían y a qué nivel?

Durante 10 años, los líderes del gobierno han acusado al pueblo, especialmente a los jóvenes negros, de causar la "epidemia de droga" y han mandado sus perros uniformados a invadir, golpear y arrestar. Han llenado las cárceles con toda una generación de jóvenes negros y latinos con el santo pretexto de la guerra "contra la droga".
Ahora está saliendo a la superficie información de que esos mentirosos hipócritas eran los grandes narcos y crearon la "explosión de crack".
El pueblo de USA y los habitantes del mundo perjudicados por el narcotrafico exigen respuestas:
¿Quiénes del gobierno estaban metidos en el tráfico de cocaína? 
¿Quiénes lo sabían? 
¿Quiénes dieron las órdenes? 
¿Quiénes recibieron el dinero? 
¿Por qué los narcos de la contra escogieron las comunidades negras de Sur Centro y Compton, en Los Angeles, para inundarlas de cocaína? 
La CIA dice que sus agentes no estaban metidos en nada de eso. Periódicos como el Washington Post y el L.A. Times dicen que unos contras vendían coca, pero que no hay pruebas de que la CIA lo supiera o lo aprobara.
En esta serie, examinamos las acusaciones, las mentiras y las pruebas.
"¿Quién tiene los aviones?"
La semana pasada, en la primera parte de esta serie, documentamos casos concretos de participación de la CIA en el transporte de cocaína y vimos que contrató aviones de contrabandistas de droga para llevar suministros a su ejército de la contra.
A principios de la década pasada, cuando estaba empezando la guerra de la contra, Southern Air Transport, una aerolínea conectada con la CIA, mandó aviones directamente a Colombia a recoger cocaína.
En 1984, el Congreso le prohibió a la CIA sumunistrarle armas directamente a la contra. En respuesta, el Departamento de Estado y la CIA hicieron arreglos con grandes narcos en Colombia, Honduras y Miami. En las audiencias del subcomité Kerry del Senado se documentó que el Departamento de Estado pagó $800.000 a cuatro compañías de aviones de carga y de lavado de dinero de grandes narcos.
Esos aviones de carga llevaban armas a la contra en Honduras. Varios pilotos y otras personas conectadas con los vuelos han dado testimonio de que llevaban armas y volvían cargados de droga. Operaban desde bases del ejército en la Florida y otros estados. La CIA arregló que no los inspeccionara Aduanas ni la DEA. La Aduana calculó que en 1985 y 1986, de 50 a 100 vuelos de la CIA salieron y aterrizaron sin inspección. El gobierno protegía a esos narcos para que nadie los molestara.
Otra parte del arreglo era usar las redes de lavado de dinero de los narcos. Asimismo, parece que a los capos se les pidió que contribuyeran directamente a la contra. En el juicio del general Manuel Noriega un testigo dijo que el cartel de Medellín de Colombia le donó $10 millones.
En resumen, varias pruebas indican que la CIA y otras dependencias del gobierno alentaron y protegieron redes de tráfico de cocaína, y ayudaron a abrir nuevos canales para contrabandear grandes cantidades de coca. A cambio, la contra recibía secretamente fondos y armas para su campaña de "desestabilizar" a Nicaragua.
Aquí, en la segunda parte, examinamos quién sabía qué en los altos niveles.
"Los fiscales especiales que investigaron el escándalo Irán-Contra, por ejemplo, encontraron notas en los diarios del teniente coronel Oliver North que indican que de 1984 a 1986, cuando él dirigió una operación secreta para mantener a la contra, recibió varios informes de que había narcotraficantes tratando de usar la operación de suministro de la contra para transportar cocaína. Funcionarios de la Drug Enforcement Administration dicen que North nunca les comunicó esa información. Esas notas de los diarios han sido públicas por lo menos desde 1994″. 
"Examen de acusaciones del papel de la CIA en la venta de crack",
Doyle McManus y Robin Wright,
Washington Post
A la fecha no hay una "prueba irrefutable" (un documento o cinta) que demuestre que el presidente Ronald Reagan, el vicepresidente George Bush o el jefe de la CIA, William Casey, aprobaron el contrabando de droga para financiar a la contra. Pero el hilo de pruebas lleva directamente a las puertas de importantes asesores de esos altos funcionarios. En particular, Oliver North lo conocía y lo protegía.
No debe sorprender que sea difícil encontrar "pruebas irrefutables". Al fin de cuentas, las operaciones de suministro de la contra las organizaron profesionales del engaño con el fin expreso de que altos niveles del gobierno lo pudieran negar todo.
North destruyó cajas y cajas de documentos de la Casa Blanca cuando cayó un avión de suministro en Nicaragua y la operación secreta que él dirigía se empezó a conocer. A pesar de todo lo que destruyó, las siguientes cartas y notas de North sobrevivieron. No se sabe el significado preciso de cada nota, pero de conjunto prueban que la Casa Blanca de Reagan sabía de las operaciones de droga por armas:
La Casa Blanca "planea apropiarse de todo … cuando el Supermercado llegue a un mal fin. $14M para financiar viene de drogas". 
Cuaderno de North, julio 12, 1985. "Supermercado" aparentemente quería decir el "supermercado de armas" que abastecía a la contra. $14M aparentemente quería decir $14 millones.
nota
"DC-6 que se usa para viajes de Nueva Orleans probablemente se usa para traer drogas a Estados Unidos". 
Nota a mano de Oliver North, agosto 9, 1985. Escrita después de una reunión con Robert Owen. Owen fue asesor de Dan Quayle (en ese entonces senador)y trabajó con North en 1983.[1]
"Se dice que `Popo' Chamorro está metido en tráfico de droga". 
Mensaje a North de Lewis Tambs,embajador en Costa Rica,marzo 28, 1986.chamorro era un alto líder de la contra.[2]
"Seguro sabes que el DC-4 que Foley usó, antes se usaba para volar droga… Buenos muchachos escogieron los Muchachos". Memo de Robert Owen a Oliver North,febrero 10, 1986. Patrick Foley era un "ex operativo de la CIA" que trabajaba para Summit Aviation, una compañía afiliada de la CIA que le daba aviones a la contra. "Los Muchachos" por lo visto se refiere a los agentes de la CIA en Centroamérica.[1]
North anotó en sus cuadernos que estuvo en una reunión el 10 de septiembre de 1985 con el coronel Steele (comandante estadounidense de la Base de la Fuerza Aérea Ilopango en El Salvador) y el ex empleado de la CIA Donald Gregg (del equipo del vicepresidente Bush) para discutir apoyo logístico a la contra.[3] El 20 de abril de 1985 North regresó a Ilopango y se reunió con el agente de la CIA Félix Rodríguez, el comandante Steele y varios altos líderes de la contra.[4]
Protección de la Casa Blanca a narcotráfico
Ciertas operaciones de narcotráfico estaban protegidas de toda investigación. Es difícil imaginar que la CIA pudiera proteger sus aviones de la Aduana y la DEA sin aprobación de alto nivel. Y hay pruebas específicas de que personal de la Casa Blanca intervino para proteger dichas operaciones.
El informe Kerry, preparado por un subcomité del Senado en 1989, concluyó que la administración de Reagan "demoró, paró o interfirió con" investigaciones contra la droga cuando se acercaron a la contra.
El reportero Joel Brinkley escribió en el New York Times (enero 20, 1987) que los pilotos de Ilopango que "llevaban secretamente armas a los rebeldes nicaragüenses traían cocaína y otras drogas en su viaje de regreso a Estados Unidos, dijeron funcionarios de la Administración hoy. Cuando los miembros de la tripulación…se enteraron de que la DEA estaba investigando sus actividades, uno de ellos les advirtió que tenían protección de la Casa Blanca…. El miembro de la tripulación usó el nombre del coronel North, dijeron funcionarios del gobierno. La advertencia del miembro de la tripulación, hecha después de que los investigadores inspeccionaron su casa en San Salvador en busca de drogas, causó `gran revuelo' en la base aérea Ilopango…. La preocupación oficial aumentó cuando se supo que el coronel North le dijo al Federal Bureau of Investigation que dejara de investigar la compañía Southern Air Transport. Funcionarios de varias dependencias del gobierno dijeron que a comienzos del otoño pasado la oficina de la DEA en Guatemala tenía pruebas convincentes de que la operación de suministro de la contra estaba contrabandeando cocaína y marihuana".[3]
En 1985, la DEA quería investigar una pista de aterrizaje en Santa Elena, Costa Rica, de la operación de North. El 20 de enero de 1986, North escribió en sus apuntes de oficina: "Se le informará a la DEA que no se meta".[2]
Si North protegió esas operaciones alejando a la DEA, tuvo que ser porque eran importantes para su operación de suministro de la contra. Más que "oír rumores" de narcotráfico de la contra, North lo protegió desde la Casa Blanca.
En un informe de julio de 1989, una investigación realizada por el Congreso de Costa Rica acusó a :
Oliver North, Teniente coronel Marines USA
Robert Owen, Secretario de Estado USA 
John Poindexter (asesor nacional de seguridad USA ), 
Lewis Tambs (embajador USA en Costa Rica) 
Richard Secord (mayor retirado de la fuerza aérea) 
y Joseph Hernández (jefe de estación de la CIA) 
de ser responsables de la red de droga por armas en Costa Rica. El informe decía que "ciertas autoridades americanas han permitido el envío de cocaína a Estados Unidos por Costa Rica, con el objetivo de canalizar fondos ilegales a la contrarrevolución nicaragünse". 
En 1990, el presidente costarricense Oscar Arias les prohibió a esos individuos entrar a su país. La prensa estadounidense casi no le dio importancia a la noticia.[2]
Quién supervisó "La empresa"
En esas operaciones, North perfeccionó la red secreta de abastecimiento que la CIA estableció entre 1981 y 1984. Cuando el Congreso le prohibió a la CIA armar directamente a la contra, la operación continuó pero se trasladó de la CIA a la Casa Blanca: para que tuviera su protección y para que, técnicamente, la CIA no violara la ley.
En 1984, se "privatizaron" sectores de la red contratando aviones de narcos y mercenarios Lo mismo que ahora en el Plan Colombia) . Ahora la operación de abastecimiento se llamaba "La empresa" y la coordinaba el Consejo Nacional de Seguridad en el sótano de la Casa Blanca; North se encargaba de las actividades diarias. Sin embargo, esa "Empresa" seguía siendo la misma operación de la CIA que siempre.
Bob Woodward escribió sobre la relación entre William Casey, director de la CIA, y Oliver North: "[Casey] era una mano conductora, casi el agente que manejaba a North. Cuando el coronel arregló la operación secreta de abastecimiento en 1984, Casey fue quien prácticamente trazó el plan y le recomendó montar una entidad privada por un civil fuera del gobierno. Sería la cubierta no oficial de una operación secreta que estaría tan lejos como fuera posible de la CIA…. A medida que las actividades de North se volvían más arriesgadas y compartamentalizadas, Casey era uno de los pocos que sabía".[5]
Parece probable que el vicepresidente Bush también dirigía y aprobaba las actividades de North y de los agentes de la CIA metidos en el abastecimiento de la contra.
En marzo de 1985, cuando docenas de vuelos protegidos por la CIA aterrizaban en bases estadounidenses, North escribió en sus cuadernos: "VP molesto por el negocio de droga". Esto sugiere que en ese entonces Bush sabía del narcotráfico, que amenazaba con hacerse público.[4] Bush dice que no supo nada sino hasta febrero de 1988.
con bush
Felix Rodriguez con Bush
Felix Rodriguez vestido de ranger Boliviano con el Che prisionero
El 9 de enero de 1986, North escribió en su cuaderno: "Félix habla mucho sobre la conexión con VP". Félix Rodríguez era un ex policia secreto de Batista, genocida en VietNam y agente de la CIA en Centroamérica que tenía estrechos lazos con Bush. Rodríguez fue clave en la organización de la red de abastecimiento y negoció con varios narcos.
En esa época, Reagan puso a Bush a cargo de todas las operaciones secretas del gobierno con una orden firmada el 18 de enero de 1985 (conocida como NSDD 159) y estableció un comité coordinador secreto que solo se conoció durante las investigaciones de Oliver North y la red de la contra. Esa orden era tan secreta que solo se hicieron ocho copias.
El profesor Christopher Simpson investigó ese comité y concluyó: "La solución que propuso NSDD 159 fue establecer un pequeño comité coordinador creado por el vicepresidente Bush para que canalizara toda la información relacionada con las operaciones secretas. Esa orden establecía una categoría de información altamente secreta conocida como Veil, exclusivamente para informes de operaciones secretas. El objetivo del sistema era limitar a un mínimo absoluto la circulación de informes escritos y permitir que el vicepresidente pudiera coordinar las operaciones secretas con la diplomacia y propaganda pública de la administración".[6]
*****
La tercera parte de esta serie examinará las afirmaciones de la prensa de que no se ha conectado a agentes de la CIA con el narcotráfico y examinará las actividades de agentes de la CIA metidos en la red de abastecimiento de la contra.
Los artículos anteriores sobre la CIA y el narcotráfico de cocaína están en la Internet en: http://www.mcs.net/~rwor
Fuentes:
[1] In contempt of Congress—the Reagan Record on Central America editado por Joy Hackel y Daniel Siegel, Institute for Policy Studies, 1985
[2] "The Contra-Cocaine Connection," Amy Lang, Convergence, revista del Christic Institute, otoño 1991
[3] "CIA and Drug Trafficking by Contra Supporters," declaración jurada de Peter Dale Scott, Ph.D., 30 de septiembre de 1996
[4] Washington's War on Nicaragua, Holly Sklar, South End Press
[5] Veil—The Secret Wars of the CIA 1981-1987, Bob Woodward, Simon and Shuster, 1987
[6] "George Bush Takes Charge: The Uses of `Counter-Terrorism,' " Christopher Simpson, CAQ, otoño 1996

Libertad de prensa estilo USA: ¿Quién mató a Gary Webb? Denuncio el Narcotrafico CIA y LO SUICIDARON

El mundo de los reporteros de investigación de los Estados Unidos está de luto
por Jean Guy Allard*
Desenmascaró, como ningún periodista lo hizo antes, las oscuras maquinaciones de la CIA en el mundo de la droga y reveló a los norteamericanos cómo barrios negros del país fueron inundados de crack, con un increíble cinismo, en medio de un tráfico destinado a abastecer de dinero y armas la Contra nicaragüense. Denunció al narcoterrorista Luis Posada Carriles y a sus cómplices cubanoamericanos involucrados en este criminal negocio. Y acaba de ser encontrado en su domicilio con dos balas en la cabeza. Un suicidio, dicen las autoridades judiciales.




 
El periodista estadounidense Gary Webb, muy probablemte asesinado en los Estados Unidos
Ver también: «Las evidencias comienzan a indicar que Gary Webb fue asesinado» Desenmascaró, como ningún periodista lo hizo antes, las oscuras maquinaciones de la CIA en el mundo de la droga y reveló a los norteamericanos cómo barrios negros del país fueron inundados de crack, con un increíble cinismo, en medio de un tráfico destinado a abastecer de dinero y armas la Contra nicaragüense. Denunció al narcoterrorista Luis Posada Carriles y a sus cómplices cubanoamericanos involucrados en este criminal negocio. Y acaba de ser encontrado en su domicilio con dos balas en la cabeza. Un suicidio, dicen las autoridades judiciales. La investigación de Webb, impresionante por su seriedad y su amplitud, causó un revuelo nacional. Hasta tal punto que la gran prensa comercial publicó largos reportajes atacando sospechosamente varias partes de su investigación. El mundo de los reporteros de investigación de los Estados Unidos está de luto. Gary Webb, quien, para muchos, fue un ejemplo de profesionalidad y de integridad, fue descubierto muerto, el viernes 10 de diciembre, en su casa de Carmichael, California. Tenía 49 años. En agosto de 1996, cuando trabajaba para el diario San José Mercury News, Webb reveló cómo la CIA vendió toneladas de crack en los barrios de Los Angeles y utilizar ese dinero de comercio criminal para financiar las operaciones de la Contra nicaragüense que trataba entonces de derrumbar al Gobierno sandinista en Nicaragua. Sus revelaciones fueron publicadas por todos los diarios de la cadena Knight-Ridder. Todos... salvo el Miami Herald, el diario vinculado a la mafia narcoterrorista cubanoamericana. La investigación, impresionante por su seriedad y su amplitud, causó un revuelo nacional. En su libro Whiteout: the CIA, Drugs and the Press, los periodistas Alexander Cockburn y Jeffrey St.Clair, del conocido sitio webCounterpunch.com, cuentan detalladamente cómo Webb fue víctima de una verdadera campaña destinada a destruir su reputación.  El Washington Post, el New York Timesy el Los Angeles Times se distinguieron en este trabajo sucio. «El ataque contra Gary Webb y sus artículos del San José Mercury Newsqueda como uno de los asaltos más venenosos y objetivamente ineptos contra la capacidad profesional de un periodista en la memoria viva, escriben. En los medios principales, casi no encontró defensores y los que se atrevieron a manifestarse en su favor fueron objeto a su vez de virulentos abusos y tergiversaciones». Webb renunció al San José Mercury News en 1997. Nunca más pudo encontrar trabajo en un diario conocido. En 1990, Webb fue ganador, con un colectivo de reporteros, de un premio Pulitzer, el galardón más conocido del mundo periodístico norteamericano, por un trabajo sobre el terremoto de Loma Prieta, pero, según sus familiares, nunca se recuperó de la polémica que provocó su serie denunciando a la CIA. Siempre defendió su investigación más famosa, publicó en 1999 un libro titulado Dark Alliance: The CIA, the Contras, and the Crack Cocaine Explosion (Alianza oscura: La CIA, los contras y la explosión de la cocaína crack), que tuvo un fuerte impacto. Entre las revelaciones más interesantes, se encuentra el caso de Luis Posada Carriles. En Dark Alliance..., Webb fue quien reveló a partir de documentos desclasificados de la CIA que, en enero de 1974, la Agencia rechazó una solicitud de Posada para proveer a un socio suyo «un pasaporte venezolano» porque, escribía sin reírse el autor de la nota, «no se puede permitir que un agente controlado se involucre en tráfico de drogas». Ese mismo año, la CIA fue avisada por la Drug Enforcement Agency (DEA) de que Posada estuvo intercambiando armas por cocaína con una persona «involucrada en asesinatos políticos», una referencia a Félix Rodríguez Mendigutía, el agente de la CIA que ordenó el asesinato del Che. Como un elemento secreto de la invasión de Playa Girón (Bahía de Cochinos) la CIA organizó la Operación 40 en la cual participaron Posada y decenas de mercenarios cubanoamericanos junto a sicarios de la mafia ítalo-americana. La red de esta organización fue usada en operaciones deterrorismo contra Cuba hasta 1970 cuando se cae uno de sus aviones en el Sur de California con una enorme cantidad de heroína y cocaína a bordo. Ese mismo año, el FBI capturó a 150 sospechosos «en la operación antidroga más grande de la historia de la Policía Federal». El procurador General, John Mitchell, señaló entonces que la red controlaba 30% de todo el comercio de la heroína en el país y de 70 a 80% de las ventas de cocaína. Pero no mencionó el hecho de que varios de los arrestados pertenecían a la pandilla de Juan Restoy, ex político batistiano, «alumno» destacado de la Operación 40 vinculado al capo Santos Trafficante. Dos de los sicarios de más confianza de Restoy eran... Ignacio y Guillermo Novo, «militantes» del Movimiento Nacionalista Cubano, un grupo terrorista con núcleos en Miami y Union City, New Jersey. Estos dos asesinos regresaron recientemente a los Estados Unidos, con la bendición de la CIA y del FBI de Miami, después de cuatro años de detención en Panamá, junto con Posada. Guillermo Novo, también con Posada, participó en junio de 1976 en la creación de la CORU terrorista, conformando una tropa que se sumara, con Félix Rodríguez, Frank Castro y demás delincuentes, a las operaciones de narcotráfico autorizadas por la Administración de Reagan, en apoyo a la Contra nicaragüense, que Gary Webb denunciara. Frank Castro será inculpado por la importación de 500 toneladas de marihuana «hasta que la acusación despareció por arte de magia cuando estableció un campo de entrenamiento de los Contras en 1983». Más afortunado, Rodríguez terminará en la oficina de George Bush padre, quien celebrara su «talento». Y Posada, indultado ilegalmente por la presidenta miamense de Panamá, Mireya Moscoso, ha preferido «desaparecer», con las «protecciones» que le quedan. Los hermanos Novo, después del asesinato del ex canciller Orlando Letelier, terminaron de «relacionistas» con laFundación Nacional Cubano-Americana, mientras el «Chairman» vitalicio de esta organización, Jorge Mas Canosa, pagaba los 26 000 dólares que compraban la «liberación» de Posada, preso en Venezuela después de la explosión en pleno vuelo de una aeronave de Cubana de Aviación, con un saldo de 73 muertos. La serie de Webb en el San José Mercury News explicó detalladamente cómo la red de la CIA vendió toneladas de cocaína a pandillas criminales, demostrando cómo el fanatismo anticomunista de la Casa Blanca la llevó a involucrarse en la propagación de la más infernal epidemia de droga de los tiempos modernos. La comunidad negra norteamericana se escandalizó con las informaciones difundidas por los textos de Webb. Su papel en revelar el siniestro complot de la CIA hizo de Webb un personaje muy celebrado en la comunidad negra. Cuando, por fin, después de un informe del Inspector General de la CIA acerca del tráfico de droga realizado por la Agencia, la Cámara de Representantes acepta estudiar el tema, Porter Goss, quien dirigía el Comité de Inteligencia desde el año anterior, determina, en una hora de audiencia, que las alegaciones eran «falsas». Por supuesto, la investigación relámpago de Goss descartó hasta la investigación de Gary Webb. Goss, un ex agente de la CIA que participó en las operaciones de la estación JM/WAVE de Miami en 1972, realizando operaciones terroristas contra Cuba, acaba de ser nombrado director de la CIA por George W. Bush. Ricky Ross, una de las fuentes más confiables de Gary Webb, habló con él unos días antes de su muerte. Webb le señaló entonces que había visto a hombres examinando la tubería fuera de su casa y que, de manera evidente, no eran ladrones sino «gente del Gobierno». Añadió que había recibido amenazas de muerte y que era regularmente seguido. Se sabía que Gary Webb trabajaba en una nueva investigación sobre el mismo tema de la CIA y del narcotráfico. El 10 de diciembre, el cadáver de Webb fue descubierto en su domicilio de Carmichael. Tenía la cara destruida por dos proyectiles de revólver calibre 38. El Coroner Robert Lyons fue el oficial de justicia que realizó la investigación. Emitió rápidamente su conclusión: Gary Webb se suicidó, afirmó.